Ahora que se acerca el momento de pensar en cómo plasmar los resultados de los aprendizajes de cara a la primera evaluación, creemos que es un buen momento para dedicar, aunque sea un somero repaso, a las rúbricas, ese instrumento de evaluación que cada vez resulta más imprescindible y está siendo muy demandado por el profesorado que quiere salirse un poco del ‘mainstream‘ evaluador y necesita herramientas eficaces, justas y exhaustivas para evaluar procesos de aprendizaje, productos y evidencias cuyo formato y contenido no encajan en el popular test, prueba o examen. Me refiero, por ejemplo a un docente que haya llevado a cabo un proyecto de aprendizaje con su alumnado que ha generado, como producto final, un tríptico informativo y una audioguía bilingüe. Hemos acompañado y monitorizado todo el proceso de trabajo, tenemos borradores, fichas de investigación… y, sobre todo, esos tríptico y audioguías que ya han sido revisadas, corregidas e incluso, presentadas a un público más allá de nuestra propia aula e incluso del centro. Podemos decir que todo se ha hecho dentro de los estándares del ABP y los docentes implicados estamos razonablemente satisfechos con el trabajo realizado y con los resultados obtenidos. Solo hay un problemilla, que tenemos que poner una nota. Hemos estado tres semanas trabajando y si eso no se refleja en una calificación, tanto docentes como estudiantes vamos a tener la sensación de que hemos perdido un poco el tiempo. He pensado en pasarles una prueba sobre las características de los textos descriptivos y después hacerles algunas algunas preguntas orales de manera individual pero a mi no me convence y a ellos mucho menos; necesito una herramienta que sirva para evaluar las producciones del alumnado valorando los aprendizajes que contienen y/o reflejan.
Entendemos que tal vez la más eficaz de estas herramientas son las rúbricas, esas “guías de puntuación usadas en la evaluación del desempeño de los estudiantes que describen las características específicas de un producto, proyecto o tarea en varios niveles de rendimiento, con el fin de clarificar lo que se espera del trabajo del alumno, de valorar su ejecución y de facilitar la aportación de feedback (retroalimentación)*
Antes de pasar a ver ejemplos de rúbricas y modelos editables para elaborarlas, aclararemos un poco el panorama y la variedad de matices que nos ofrece este instrumento. Veamos las características de los tres principales tipos de rúbrica:
- Rúbricas holísticas:
- Cuando queremos valorar un trabajo, una tarea… de forma global, como un único producto.
- Se indican varios niveles de logro (entre 3 y 5) junto a una descripción genérica de cada uno de ellos; sin entrar en detalles.
- Los niveles se pueden presentar mediante números (1-4) o adjetivos (pobre-ejemplar) pero lo que define a la RH es la descripción que hagamos del criterio a evaluar, que debe incluir el máximo de características del producto.
- Cuando queremos valorar un trabajo, una tarea… de forma global, como un único producto.
- Rúbricas analíticas:
- La rúbrica analítica divide el producto a evaluar en tantas partes como aspectos concretos o criterios queramos valorar y permite ofrecer información específica sobre cada uno de ellos.
- La rúbrica analítica ofrece al alumno información detallada sobre qué aspectos debe mejorar y permite al docente justificar o explicar el porqué de una calificación. La decisión sobre qué aspectos incluir en la rúbrica puede ser un interesante trabajo conjunto de estudiantes y docentes para conocer a fondo los objetivos de un tema. Sin embargo, su elaboración es más compleja y requiere más tiempo que las RH.
- La rúbrica analítica divide el producto a evaluar en tantas partes como aspectos concretos o criterios queramos valorar y permite ofrecer información específica sobre cada uno de ellos.
- Rúbricas de entrada única:
- Son similares a las rúbricas analíticas porque se separan los distintos criterios o elementos a evaluar, pero en este caso, solo se describe un nivel adecuado de logro, sin describir los niveles más pobres de logro ni los que estarían por encima de las expectativas. A cambio, se dejan espacios para que el/la docente pueda anotar cualquier aspecto que sea necesario mejorar así como cualquier evidencia de logro superior a lo establecido.
- Estas rúbricas requieren menos esfuerzo para su elaboración y son más versátiles, al dejar abiertas las opciones para rectificar un aspecto o reconocer un logro.
- Podemos plantear dos tipos de rúbricas de entrada única:
- Con comentarios: Se describe un nivel de logro estándar en una columna central y se deja espacio a ambos lados para ofrecer feedback tanto en aspectos mejorables como sobre aspectos que destaquen en cada uno de los criterios, Ejemplo:
- Son similares a las rúbricas analíticas porque se separan los distintos criterios o elementos a evaluar, pero en este caso, solo se describe un nivel adecuado de logro, sin describir los niveles más pobres de logro ni los que estarían por encima de las expectativas. A cambio, se dejan espacios para que el/la docente pueda anotar cualquier aspecto que sea necesario mejorar así como cualquier evidencia de logro superior a lo establecido.
- Con puntuación: En una columna se relacionan los criterios a evaluar sin describir ningún nivel de logro y se dejan espacios para marcar una puntuación (de 1 a 4) y para comentar/justificar/describir las razones por las que se ha dado esa puntuación. Ejemplo:
Serán las circunstancias de cada momento, tus necesidades y el tipo de información que necesites lo que te haga optar por uno u otro modelo de rúbrica. No obstante, la más común, la más extendida y también la más completa es la rúbrica analítica, que puede servir tanto para ofrecer feddback como para calificar, aunque la información que ofrece al alumnado no es tan específica y personalizada como la que podemos ofrecer en una rúbrica de entrada única… Uno de los inconvenientes que puede tener la rúbrica analítica, es que requiere bastante preparación para describir y redactar distintos niveles de logro para cada uno de los criterios a evaluar. Por eso es también para la que encontramos más recursos de ayuda, por ejemplo:
Rubistar: Herramienta para elaborar rúbricas a partir de plantillas editables, buscar rúbricas de entre todas las que han hecho los usuarios de la aplicación y guardarlas en nuestro propio repositorio para poder editarlas o utilizarlas en cualquier momento.
Bancos de rúbricas: Señalaremos aquí solo el que nos comparten desde el CEIP “Príncipe Felipe” de Motril puesto que además de un extenso listado de rúbricas propias incluye, al final del documento, enlaces a otros bancos de rúbricas que también pueden ser de interés.
Más información sobre las rúbricas de entrada única.
Anímate a usar rúbricas si no lo has hecho aún y déjanos tus opiniones y comentarios en caso de que seas un/a usuario/a habitual.
Imagen destacada: Photo by Philip Veater on Unsplash
Entrada publicada originalmente en el blog de Evaluacción.